EL CRISTIANISMO "PROGRESISTA" - PARTE I

 

 

Pablo está molesto, realmente molesto. Normalmente, al iniciar un libro, él va a través de una introducción amplia, con lenguaje hermoso, saludando a sus lectores. Pero no a los gálatas. Después de una  muy corta salutación, él dice:

”Estoy horrorizado de que ustedes estén apartándose tan pronto de Dios, quien los llamó a sí mismo por medio de la amorosa misericordia de Cristo. Están siguiendo un evangelio diferente, que aparenta ser la Buena Noticia, pero no lo es en absoluto. Están siendo engañados por los que a propósito distorsionan la verdad acerca de Cristo. Si alguien —ya sea nosotros o incluso un ángel del cielo— les predica otra Buena Noticia diferente de la que nosotros les hemos predicado, que le caiga la maldición de Dios. (Gálatas 1:6-8 Nueva Traducción Viviente).

¿Por qué inició esta carta así? Porque estaban abandonando el verdadero evangelio por otro evangelio, el “cristianismo progresista”. Es lo que estamos viendo en nuestra cultura y en nuestras congregaciones hoy en día.  El cristianismo progresista es difícil de definir, ya que es más una reacción hacia cualquier tipo de corriente cristiana, y por lo tanto no existe un sistema cierto de creencias que lo establezcan, y se trata más acerca de lo que hacen y creen en general. Sin embargo, al estudiar los diversos libros, foros y podcasts de los exponentes de esta corriente, existen alguno elementos comunes de base que loa caracterizan y en los cuales la mayoría están de acuerdo.

1) La Biblia: Históricamente los cristianos hemos visto la Biblia como autoridad par a nuestra vida, y como la Palabra de Dios e inspirada por Dios. Hemos discutido sobre temas de interpretación y temas similares, pero (y más especialmente para los primeros cristianos), las Escrituras han sido el fundamento de cómo basamos nuestro sistema de creencias. Aún desde el credo primitivo (1 Corintios 15), se menciona que nuestras creencias están basadas en las Escrituras.

Sin embargo, en el cristianismo progresista, la Biblia es vista más como un viaje espiritual, permitiéndonos conocer lo que nuestros ancestros espirituales vivían y creían acerca de Dios en sus épocas, pero no necesariamente que ellos estuviesen hablando de parte de Dios. Luego, cuando se lee en la Biblia que alguien decía “el Señor dice”, simplemente estaba tratando de dar la mejor idea posible de quien era DIos, pero no necesariamente que Dios estuviese hablando.

2) La cruz y la expiación: La visión histórica ha sido que Jesucristo murió por nuestros pecados como un sacrificio substituto, para pagar el precio por nuestros pecados. Mientras tanto, en la visión progresista, esto haría de Dios un Padre cósmico tirano, la idea que el Padre pudiera llegar a requerir un sacrificio de sangre por parte de su Hijo es simplemente reprochable. En las predicaciones progresistas, no se oirá que el pecado es lo que nos aparta de Dios, sino nuestra propia vergüenza, o falta de reconocimiento sobre lo mucho que Dios nos ama. Al creer que no estamos separados de Dios por nuestro pecado, entonces se evita tener que pensar siquiera en un posible sacrificio por parte de su Hijo.

El error se acumula como un castillo de naipes. Una vez rechazado el sacrificio expiatorio de Jesucristo, la corriente progresista proclama que Jesús murió para mostrarnos el perdón, o para satisfacer nuestro gusto por la sangre, por el castigo, pero que lo hizo para romper el poder de la muerte, como el Cristo victorioso, sin mostrar una visión completa de lo que realmente esto significa, enfocándose más en una visión de influencia moral y rechazando de forma categórica la expiación sustitutiva por parte de Jesús.

Entonces, si se remueve la Biblia y cualquier posible mecanismo de expiación, ¿qué clase de evangelio queda? Un evangelio no basado en el pecado y la redención, sino en función de la justicia social y el desarrollo.

Esta es una visión influenciada por la nueva era y conocida como el “Cristo cósmico”, enseñada por Richard Rohr, quien fue el mentor de Rob Bell, Jen Hatmaker y otros promotores de este movimiento. Rohr enseña que Jesús y Cristo son dos entidades separadas, y que Jesús cedió el control a Cristo, siendo un ejemplo para que nosotros siguiéramos. Y aunque Rohr puede que pública o explícitamente diga que Jesús no es Dios, el da pistas al decir cosas como que Jesús nunca pidió ser adorado.

El sentimiento que expresa el apóstol Pablo a los gálatas, refleja lo que está ocurriendo hoy en día. Muchos están siendo seducidos por un “evangelio” fácil que es aprobado por la cultura actual. Serás aprobado por tus consideraciones morales o por la sexualidad que promueves.

Es incongruente la expresión “cristiano progresista”, porque no se puede ser ambos. Primero, porque cada vez que un creyente se aleja de Cristo, no está “progresando” sino retrocediendo, y segundo, si no se aceptan los fundamentos del cristianismo, no se puede ser cristiano. Si se siguen reglas morales de vida diferentes a las establecidas por Dios, no es posible considerarse un seguidor de Dios.

Entonces, ¿por qué muchos que pueden considerarse cristianos, se llaman a sí mismos “cristianos progresistas”? Una posible respuesta es que ellos creen que lo que consideramos como cristianismo histórico está equivocado. Muchos de sus promotores enseñan que cuando Constantino legalizó el cristianismo y surgió la relación entre la iglesia y el Estado, el cristianismo se descarriló, y por tanto ellos buscan “reclamarlo” y “traerlo de nuevo a sus raíces”.

Pero es aquí donde se pone interesante. Por ejemplo, cuando Brian McLaren habla del evangelio, el cual llama como “evangelio cristiano histórico”, al hablar sobre la idea de la caída, el hombre siendo separado por Dios por causa del pecado, Jesús ofreciendo redención, y la existencia de un juicio final con destino eterno celestial o infernal, considera todo esto como pagano. Él dice que todo fue importando de la filosofía griega, de Platón y Aristóteles. Y por tanto, McLaren dice que debemos regresar a una visión judía del evangelio, el cual considera que era lo que Jesús estaba predicando. Pero lo sorprendente del “evangelio judío” que él presenta, curiosamente suena a propuestas sociales y de izquierda de hoy en día, hablando de reformas energéticas y reformas socioeconómicas. Es interesante que cuando afirma estar hablando del “evangelio judío”, pareciera estar citando los titulares del día de hoy.


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