La Apologética está dirigida también a los creyentes.
LA APOLOGÉTICA ESTÁ DIRIGIDA TAMBIÉN A LOS CREYENTES.
Los cristianos
que tienen fe pero no saben dar razón de ella a menudo se muestran inseguros y
solo se sienten cómodos en compañía de otros cristianos. Ante cualquier
cuestionamiento sobre la fe, la moral o la verdad, rápidamente adoptan una
postura defensiva debido a que carecen de información para argumentar
racionalmente sobre el cristianismo. En el extremo más negativo, esto puede
originar posturas fuertemente defensivas o una fe beligerante, exactamente lo
opuesto de la Gran Comisión (Mateo 28:19-20).
La solución es
que los creyentes se interesen por aprender sobre doctrina, historia de la fe,
filosofía, lógica y otras disciplinas
relacionadas con el cristianismo. Deben conocer los hechos, los argumentos y la
teología y deben entender cómo relacionarlos de manera efectiva con la cultura.
Uno de los
primeros cometidos de la apologética cristiana es informar. Muchas de las ideas
o presupuestos más difundidos sobre el cristianismo pueden ser rebatidos con un
mínimo de información. Esto se aplica incluso en el caso de personas con muy
buen nivel de educación. C.S. Lewis siempre había creído que los Evangelios
eran una colección de mitos similares a los de Balder, Adonis o Baco. Sostuvo esta
opinión hasta los 31 años de edad cuando leyó los Evangelios por primera vez.
Por ser un gran conocedor de los mitos y
las leyendas de la literatura, Lewis supo reconocer que los textos de los Evangelios no
correspondían a ese género literario. Los Evangelios eran sencillamente una
crónica de hechos históricos
relatados por testigos directos, y carecían de la elaboración artística de los
mitos de la antigüedad.
Algunas de las suposiciones
ampliamente difundidas en nuestra cultura que pueden ser rebatidas mediante la
información y la argumentación son:
• Jesús no
existió.
• No es
posible probar la existencia de Dios.
• Los
milagros no existen.
• No hay
evidencias que prueben la resurrección de Jesús.
• La Biblia
fue escrita cientos de años después de Jesús.
• ¿Qué
ocurrió con los libros que no fueron incluidos en la Biblia?
• Todas las religiones enseñan básicamente lo mismo.
• Si el Dios de la Biblia es real, ¿cómo puede permitir la existencia del
mal?
• Lo que tú crees es tu verdad; lo que yo creo es mí verdad.
• El cristianismo no es racional.
Esta es solo una
pequeña muestra de los cuestionamientos y preguntas que el creyente sabrá
responder si tiene conocimientos de apologética, y esta lo ayudará en tres
sentidos:
1.
Mostrar
que aunque la fe cristiana no se puede probar por medio de la razón, no es una
fe irracional, es decir, contraria a la razón. Esto demuestra que el
cristianismo no es una cuestión de preferencia personal en virtud de la
educación recibida, ni una visión del mundo sustentada en respuestas emocionales.
2.
Responde
a las objeciones en contra de la fe y se ocupa de eliminar ideas falsas o
erróneas.
3.
La
apologética cristiana no solo ofrece evidencias y argumentos a favor del
cristianismo sino que además muestra las debilidades del ateísmo y de otros
sistemas de creencias incompatibles con el carácter histórico de la fe
cristiana. La apologética ofrece una propuesta mucho mejor para sustituir estas
cosmovisiones existentes.
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