Argumento Cosmológico - Existencia continua



ARGUMENTOS A FAVOR DE LA EXISTENCIA DE DIOS

I - El argumento cosmológico o argumento a partir de la existencia continua.

Otra versión del argumento cosmológico que niega la posibilidad de una regresión al infinito para encontrar la causa de las cosas es el que niega, no ya la posibilidad temporal de un infinito que se extiende hacia el pasado, sino el que la explicación de las cosas no tenga una primera causa que ponga fin al orden de la explicación.

El argumento cosmológico fue desarrollado por Tomás de Aquino en la Suma Teológica, Tomás de Aquino expuso tres aspectos del argumento cosmológico como parte de sus “Cinco Vías” para demostrar la existencia de Dios. De esas cinco vías, hay tres que se pueden considerar como distintas maneras o versiones del argumento cosmológico, siendo para el interés de este estudio, la tercera vía como la más importante. En ella afirma que todos los seres son contingentes (existen pero podrían no haber existido: vemos que empiezan a existir y que perecen) y es preciso llegar a un ser necesario por el cual existen los seres contingentes, aplicando el principio metafísico de que las cadenas de causas no pueden ser infinitas. Se trata de una relación de dependencia. Para explicar la existencia de las cosas podemos dar muchas razones de tipo físico, biológico, etc., pero cada una de estas depende a su vez de otra. Necesitamos pararnos en una primera causa que dé lugar a todas las otras que explican la existencia de algo, y esta primera causa es Dios. El pensamiento de Aquino era el siguiente:

Como la naturaleza obra por un determinado fin a partir de la dirección de alguien superior, es necesario que las obras de la naturaleza también se reduzcan a Dios como a su primera causa. De la misma manera también, lo hecho a propósito es necesario reducirlo a alguna causa superior que no sea la razón ni la voluntad humanas; puesto que éstas son mudables y perfectibles. Es preciso que todo lo sometido a cambio y posibilidad sea reducido a algún primer principio inmutable y absolutamente necesario”.

Primero,Tomás de Aquino trató de probar la existencia de Dios a partir del movimiento. El movimiento es un efecto, y como tal, responde a una causa. Según Tomás de Aquino, “todo lo que se mueve es movido por otro”. Esta cadena en la que una cosa mueve a otra que a la vez mueve a otra no puede extenderse indefinidamente.

Por lo tanto, debe haber una causa primera que pone a todos en movimiento; un primer motor que no es movido por otro. Aunque todo pueda tener la capacidad plena de funcionar, si no existe una causa primera que inicie la acción, todo quedaría inerte y sería inútil. Sin ese primer motor que abre la tapa, el universo sería como una caja musical a la que se le dio cuerda pero que permanece siempre cerrada, silenciosa y sin movimiento. Además, sugerir que la caja musical no necesita un primer motor que levante la tapa implica suponer también que las piezas de madera y metal se combinaron solas para formar la caja musical sin la intervención de un artesano. Esta causa primera o primer motor es lo que llamamos Dios. Tomás de Aquino recurrió a una variante de este argumento para llegar a la segunda demostración. Este argumento no se basa en el movimiento sino en la existencia de lo que él llamó “causa eficiente”. Todo lo que existe debe su existencia a otra cosa.

Nada hay que pueda ser origen o causa de sí mismo. Por tanto, la existencia es el efecto de una causa que es, a la vez, el efecto de otra causa, y así sucesivamente. Sin embargo, reitero, no es posible rastrear esta sucesión de causas indefinidamente. Debe haber una causa primera que explique la existencia de las otras causas. Esta causa primera debe estar representada por un ser que existe por sí mismo y cuya existencia no depende de ningún otro. A este ser que existe por sí mismo, no contingente, se lo llama Dios.

El tercer argumento de Tomás de Aquino se basa en la posibilidad de la existencia. Nada de lo que vemos en el universo tiene existencia necesaria; todo lo que vemos bien podría no haber existido. Es decir, todo lo que existe es únicamente posible, pero no necesario. Sin embargo, hay cosas que existen. “No todos los seres son sólo posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario”. Así, sabemos que tiene que haber un ser necesario que explique la existencia de lo posible, que haga posible la existencia de los seres posibles. Un ser necesario para que existan todas las cosas se llama Dios.

Segunda forma: El argumento cosmológico Tomista

a)      El universo necesita una causa para su existencia continua.
Algo nos mantiene existiendo precisamente ahora, en este momento. Algo ha causado no solo que el mundo sea (Génesis 1:1) sino que también continúe y conserve su existir en el presente (Colosenses 1:17). El universo necesita tanto una causa originadora como una causa conservadora. Es la pregunta más elemental que se puede hacer: “¿Por qué hay algo en vez de nada?”.

1)      Las cosas finitas son cambiantes y existen: Debo existir para negar que existo; de modo que, de una u otra manera, debo existir realmente.
2)      Cada cosa finita es cambiante y debe ser causada por otra cosa: Al ser limitada y cambiante, no puede existir independientemente. Si existiera independientemente o necesariamente, debería haber existido siempre sin ninguna clase de cambio.
3)      No puede haber un regreso infínito de causas finitas: No es posible mantener una explicación continua de como una causa finita causa otra cosa finita, la que a su vez causa otra causa finita, y así sucesivamente. Esto implica posponer la explicación de forma indefinida, lo cual en sí no explica nada. Si pretendiéramos explicar por qué existen actualmente cosas finitas, no importa cuántas causas finitas pueda uno encadenar como explicación, ya que a su debido momento, habría una causa que originara su propia existencia y que simultáneamente sería efecto de dicha causa. Esto no tienen ningún sentido.
4)      En consecuencia, debe haber una primera causa incausada de toda cosa finita cambiante que existe.



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