ATEÍSMO - PROFUNDIZACIÓN
ATEÍSMO
– PROFUNDIZACIÓN
En
tanto que el politeísmo dominó gran parte del pensamiento griego antiguo y el
teísmo dominó la posición cristiana medieval, el ateísmo floreció en el mundo
moderno. Es claro que ni todos que no tienen fe en un ser divino quieren ser
llamados de “ateos”. Algunos prefieren la atribución positivista “humanistas”.
Otros tal vez sean mejor descritos como “materialistas”. Pero todos son no
teístas, y la mayoría es antiteísta. Algunos prefieren el término más neutro
“ateístas”.
Al
contrario del teísta, que cree que Dios existe más allá y en el mundo, y del
panteísta, que cree que Dios es el mundo, el ateo cree que no hay Dios ni en
este mundo ni más allá de él. Solo existe un universo o cosmos y nada más. Ya
que los ateos tienen mucho en común con los agnósticos y los escépticos, son
muchas veces confundidos con ellos. Técnicamente, el escéptico dice: “Yo dudo que Dios exista” y el agnóstico
declara “Yo no sé (o no puedo saber)
si Dios existe”. Pero el ateo afirma que sabe
(o por lo menos cree) que Dios no existe. Una vez, no obstante, que los ateos
son todos no teístas y ya que la mayoría de los ateos comparte con los
escépticos la posición antiteísta, muchos de sus argumentos son iguales. Es en
ese sentido que el ateísmo moderno se basa mucho en el escepticismo de David
Hume y en el agnosticismo de Emmanuel Kant.
Variaciones
del ateísmo.
En
general, hay tipos diferentes de ateísmo. El ateísmo tradicional (metafísico) afirma que nunca hubo, no hay ni jamás
habrá un Dios. Hay muchos que defienden esa posición, incluyendo Ludwig
Feuerbach, Karl Marx, Jean-Paul Sartre y Anthony Flew. Los ateos mitológicos como Friedrich Nietzsche,
creen que el mito “Dios” jamás fue un Ser, sino el modelo vivo por el cual las personas vivían. Ese mito fue muerto
por el avance del entendimiento y de la cultura del hombre. Hubo una forma
pasajera de ateísmo dialéctico
defendido por Thomas Altizer que propuso que el Dios trascendente del pasado
murió en la reencarnación y crucifixión de Cristo, y esa muerte fue
posteriormente realizada en los tiempos modernos. Los ateos semánticos afirman que la discusión
sobre Dios está muerta. Esa posición fue defendida por Paul Van Buren y otros
influenciados por los positivistas lógicos que desafiaron seriamente el
significado del lenguaje sobre Dios. Es claro que los que apoyan esta última
posición no precisan ni ser ateos verdaderos. Pueden admitir la existencia de
Dios y al mismo tiempo creer que no es posible hablar sobre él en términos
significativos. Esa posición fue llamada “acognosticismo”, ya que niega que
podamos hablar de Dios en términos cognitivos y significativos. El ateísmo conceptual cree que hay un Dios, pero él
está escondido de nuestra visión, oscurecido por nuestras construcciones
conceptuales. Finalmente, los ateos prácticos
confiesan que Dios existe, pero creen que debemos vivir como si no existiese. La cuestión es que no debemos usar Dios como
una muleta para la incapacidad de actuar de forma espiritual y responsable
(algunas obras de Dietrich Bonhöffer pueden ser interpretadas en esa
categoría).
Existen
otras maneras de designar los diversos tipos de ateos. Una manera sería por
medio de la filosofía que expresa su ateísmo. De esa manera se puede hablar de
ateos existencialistas (Sartre),
ateos marxistas (Marx), ateos psicológicos (Freud), ateos capitalistas (Ayn Rand) y ateos comportamentales (Skinner). Para
propósitos apologéticos, la manera más aplicable de considerar el ateísmo es en
el sentido metafísico. Los ateos son personas que dan razones para creer que no
existe Dios en el mundo ni más allá de él. Así, estamos hablando sobre ateístas
filosóficos en vez de ateos prácticos, que apenas viven como si no hubiese
Dios.
Argumentos
a favor del ateísmo
Los
argumentos a favor del ateísmo son en gran parte negativos, a pesar de que
algunos pueden ser formulados en términos positivos. Los argumentos negativos
se dividen en dos categorías: 1) argumentos contra las pruebas de la existencia
de Dios, y 2) argumentos contra la existencia de Dios. En la primera categoría
de argumentos, la mayoría de ateos se basa en el escepticismo de Hume y en el
agnosticismo de Kant.
Los
ateos ofrecen lo que consideran ser razones buenas y suficientes para creer que
no existe Dios. Cuatro de esos argumentos generalmente son usados por los
ateos: 1) la existencia del mal; 2) la aparente falta de propósito de la vida;
3) ocurrencias aleatorias en el universo; y 4) la primera ley de la
termodinámica -según la cual “la energía no puede ser creada o destruida”- como
evidencia de que el universo es eterno y, luego, no precisa de un creador.
Respuestas
a los argumentos.
La existencia del mal. El
racionamiento del ateo es circular. El ex-ateo C. S. Lewis argumentó que, para
saber que hay injusticia en el mundo, es preciso tener un estándar de justicia.
Entonces, eliminar a Dios efectivamente por causa del mal es postular un
estándar moral supremo para declarar que Dios es malo. Pero, para los teístas,
Dios es el estándar moral supremo, ya que no puede existir una ley moral
suprema sin un Proveedor Supremo de la ley moral.
Los
ateos argumentan que un Dios absolutamente bueno debe tener un buen propósito
para todo, pero no hay un buen propósito para la mayor parte del mal en el
mundo. Luego, no puede haber un Dios absolutamente perfecto.
Los
teístas muestran que solo porque no sabemos el propósito de las ocurrencias del
mal no significa que no exista un propósito bueno. Ese argumento no refuta a
Dios necesariamente; apenas prueba nuestra ignorancia del plan de Dios. Siguiendo
ese racionamiento, solo porque no vemos un propósito para todo mal ahora, no
significa que jamás sabremos. El ateo es prematuro en su juzgamiento. Según el
teísmo, un día de justicia está llegando. Si existe un Dios, él debe tener un
buen propósito para el mal, mismo que no lo conozcamos. Pues el Dios teísta es
omnisciente y lo sabe todo. Él es totalmente benigno y tiene una buena razón
para todo. Así, por la propia naturaleza debe tener una buena razón para el
mal.
Falta de propósito.
Al suponer que la vida no tiene propósito, el ateo está siendo una vez más un
juez presuntuoso y prematuro. ¿Cómo
se puede saber que no hay un propósito supremo en el universo? Solo porque el
ateo no sabe el verdadero propósito de la vida no significa que Dios no tenga
uno. La mayoría de las personas pasa por situaciones que no tienen sentido en
el momento, pero eventualmente demostraron tener gran propósito.
El universo aleatorio.
El supuesto carácter aleatorio del universo no refuta a Dios. Algunas
casualidades son apenas aparentes, no reales. Cuando el ADN fue descubierto, se
creía que él se dividía aleatoriamente. Ahora todo el mundo científico conoce
el increíble y complejo patrón involucrado en la división de la molécula de
doble hélice conocida como ADN. Hasta las casualidades reales tienen un
propósito inteligente. Y algunas cosas que parecen inútiles pueden ser el
producto de un proceso útil. Según la cronología del ateo, el universo absorbe
y neutraliza muy bien sus “desechos”. Hasta donde sabemos, poco de lo que se
considera desecho es realmente desperdiciado. Y aun que exista tal “desecho”,
él puede ser un subproducto necesario de un proceso bueno en un mundo finito
como el nuestro, así como el aserrín resulta de la extracción y procesamiento
de la madera.
La eternidad de la materia (energía).
Los ateos generalmente citan de modo incorrecto la primera ley científica de la
termodinámica. Ella no debe ser formulada: “La energía no puede ser creada ni
destruida”. La ciencia como ciencia no se debe ocupar con afirmaciones de
“puede” o “no puede”. La ciencia operacional lida con lo que es o lo que no es, basada en la observación. Una observación solo nos dice,
conforme a la primera ley, que “la cantidad de energía real en el universo
permanece constante”. Esto es, a pesar que la cantidad de energía utilizable está disminuyendo, la
cantidad de energía real permanece
constante en el universo. La primera ley no dice absolutamente nada sobre el origen o destrucción de energía. Ella es apenas una observación sobre la
presencia continua de energía en el cosmos.
Al
contrario de la segunda ley de la termodinámica, que dice que la energía
utilizable del universo se está agotando y, luego, debemos tener un comienzo,
la primera ley no afirma que la energía es eterna. Por tanto, ella no puede ser
usada para eliminar un Creador del cosmos.
Las
creencias del ateísmo
Los
ateos no tienen creencias idénticas, así como los teístas. Pero hay un núcleo
de creencias comunes a la mayoría de ateos. Entonces, a pesar que no todos los
ateos creen en lo que sigue, todo lo que sigue es aceptado por la mayoría de
ateos. Y la mayoría de ateos creen en lo siguiente:
Sobre Dios:
Los verdaderos ateos creen que apenas el cosmos existe. Dios no creó al hombre;
las personas crearon a Dios.
Sobre el mundo: El
universo es eterno. Si no fuere eterno, entonces surgió “de la nada y por la
nada”. Es autosuficiente y autoperpetuador. En las palabras del astrónomo Carl
Sagan: “el Cosmos es todo lo que existe, existió, y todo lo que jamás
existirá”. Cuando se pregunta sobre “¿qué causo al mundo?” la mayoría de ateos
respondería junto con Bertrand Russell que él no fue causado, simplemente
existe. Apenas las parte del universo precisan de una causa. Ellas dependen del
todo, pero el todo no precisa de una causa. Si pidiéramos una causa para el
universo, entonces debemos pedir una causa para Dios.
Y
si no necesitamos de una causa para Dios, entonces tampoco necesitamos una
causa para el universo. Si alguien insiste en que todo necesita de una causa, el ateo apenas sugiere una regresión
infinita de causas que jamás llega a la primera causa (p.ej. Dios). Pues si
todo debe tener una causa, entonces la “primera causa” también necesita
tenerla. En ese caso no es más la primera, y nada más lo es.
Sobre el mal. Al
contrario de los panteístas que niegan la realidad del mal, los ateos la
afirman firmemente. En verdad, mientras los panteístas afirman la realidad de
Dios y niegan la realidad del mal, los ateos, por otro lado, afirman la
realidad del mal y niegan la realidad de Dios. Ellos creen que los teístas son
incoherentes al intentar apegarse a las dos realidades.
Sobre los seres humanos.
El ser humano es materia en movimiento sin un alma inmortal. No hay mente a
menos que sea el cerebro. Ni alma independiente del cuerpo. A pesar de no todos
los ateos sean materialistas rígidos que identifican el alma con el cuerpo, la
mayoría cree que el alma es dependiente del cuerpo. El alma, en verdad, muere
cuando el cuerpo muere. El alma (y mente) puede ser más que el cuerpo de la
misma forma que un pensamiento es más que palabras o símbolos. Pero, como la
sombra de un árbol deja de existir con el árbol, el alma tampoco sobrevive la
muerte del cuerpo.
Sobre la ética.
No existen absolutos morales, ciertamente ningún absoluto divinamente
autorizado. Tal vez existan algunos valores generalmente aceptados y duraderos.
Pero leyes absolutamente obligatorias también parecen implicar un Proveedor de
Leyes absoluto, lo que no es una opción. Ya que los valores no son descubiertos por alguna revelación de
Dios, ellos deben ser creados. Muchos
ateos creen que los valores morales emergen del proceso de ensayo y error, de
la misma forma que las leyes de tránsito se desarrollaron. Generalmente la
acción correcta es descrita en términos de lo que traerá el mayor beneficio a
largo plazo. Algunos reconocen sinceramente que situaciones relativas y
cambiantes determinan lo que es cierto o errado. Otros hablan sobre el
comportamiento conveniente (lo que “funciona”), y algunos ejercen toda su ética
en términos de interés toda su ética en términos del interés propio. Pero
prácticamente todos los ateos reconocen que cada persona debe determinar
valores personales, ya que no hay Dios para revelar lo que es correcto o incorrecto.
Sobre el destino
humano. La mayoría de ateos no ve destino eterno para las personas,
a pesar de que algunos hablaren de un tipo de inmortalidad colectiva de la
raza. Pero, a pesar de la negación de la inmortalidad individual, muchos ateos
son utopistas. Creen en un paraiso terrenal futuro. Skinner propuso una utopía
conductista controlada en Walden Dos.
Marx creía que la dialéctica económica de la historia produciría
inevitablemente un paraíso comunista. Otros, como Rand, creían que el capitalismo
puro puede producir una sociedad perfecta. Incluso otros creen que la raza
humana y la ciencia pueden producir una utopía social. Sin embargo, casi todos
reconocen la mortalidad final de la raza humana, pero se consuelan en la
creencia de que su destrucción está a millones de años de suceder.
Evaluación. Contribuciones positivas del ateísmo. Aun desde el
punto de vista teísta, no todas las posiciones expresadas por los ateos son
falsas. Los ateos ya ofrecieron muchas percepciones sobre la naturaleza de la
realidad.
La realidad del
mal. Al contrario
de los panteístas, los ateos no ignoran la realidad del mal. De hecho, la
mayoría de ateos tienen una percepción agudizada del mal y de la injusticia.
Indican correctamente la imperfección de este mundo y la necesidad de
adjudicación de la injusticia. En este caso, ellos están absolutamente seguros
al decir que un Dios amoroso e omnipotente ciertamente haría algo al respecto.
Conceptos contradictorios de Dios.
Al afirmar que Dios no es causado por otro, algunos describieron a Dios como si
fuese un ser autocreado (causa sui).
Los ateos muestran concretamente esa contradicción, pues ningún ser causa su
propia existencia. Hacer eso sería existir y no existir al mismo tiempo. Pues
causar la existencia es pasar de la inexistencia a la existencia. Pero la
inexistencia no puede causar existencia. La nada no puede causar algo. En ese
punto los ateos están absolutamente correctos.
Valores humanos positivos.
Muchos ateos son humanistas. Juntamente con otros ellos afirman el valor de la
humanidad y la cultura. Buscan sinceramente las artes y las ciencias y expresan
profunda preocupación por cuestiones éticas. La mayoría de los ateos cree que
el racismo, el odio y la intolerancia son incorrectos. Muchos ateos exaltan la
libertad y la tolerancia y tienen otros valores morales positivos.
La firme oposición. Los
ateos son la firme oposición de los teístas. Es difícil ver las fallas del
pensamiento propio. Los ateos sirven de correctivo para racionamientos teístas
inválidos. Sus argumentos contra el teísmo deben hacer cesar el dogmatismo y suavizar
el celo con que muchos creyentes desprecian espontáneamente la incredulidad. De
hecho, los ateos desempeñan un papel importante correctivo para el pensamiento
teísta. Los monólogos raramente producen un racionamiento refinado. Sin los
ateos, los teístas no tendrían una oposición significativa con que dialogar y
explicar sus conceptos de Dios.
Una crítica del ateísmo.
Aún así, la posición de que Dios no existe carece de apoyo racional adecuado.
Los argumentos del ateo contra Dios son insuficientes. Además de eso, hay
buenos argumentos para la existencia de Dios. Para muchos aspectos, el ateísmo
no da una respuesta satisfactoria.
¿Por qué existe algo y no nada?
El ateísmo no da una respuesta adecuada para explicar por qué algo existe
cuando no es necesario que exista. La inexistencia de todo en el mundo es
posible, pero el mundo existe. ¿Por qué? Si no hay causa para su existencia, no
hay razón para que el mundo exista.
¿Cuál es la base para la moralidad?
Los ateos pueden creen en la moralidad, mas no pueden justificar su creencia. ¿Por qué alguien sería bueno a no ser que
haya quien defina la bondad y responsabilice a las personas por sus actos?
Decir que el odio, racismo, genocidio y violación son incorrectos es una cosa.
Pero si no hay un estándar absoluto de moralidad (p. ej. Dios), entonces, ¿cómo
estas cosas pueden ser incorrectas? Una prescripción moral implica un
Prescribiente moral.
¿Cuál es la base del significado?
La mayoría de los ateos cree que la vida es significativa y que vale la pena
ser vivida. ¿Pero cómo puede ser así, si no hay propósito para la vida, ni
destino después de esta vida? El propósito implica un Autor del propósito.
Pero, si no hay Dios, no hay objetivo ni propósito final. A pesar de esto, la
mayoría de ateos vive como si lo hubiese.
¿Cuál es la base de la verdad?
La mayoría de ateos cree que el ateísmo es verdadero y el teísmo falso. Pero
afirmar que el ateísmo es verdadero implica que hay algo que sea verdad
absoluta. La verdad es una característica de la mente, y la verdad objetiva
implica una Mente objetiva más allá de nuestras mentes finitas.
¿Cuál es la base de la razón?
La mayoría de los ateos se enorgullece de ser racional. ¿Pero para qué ser
racional si el universo es el resultado del azar irracional? No hay razón para
ser racional en un universo aleatorio. Luego, el mayor orgullo de los ateos no
es posible sin Dios.
¿Cuál es la base de la belleza?
Los ateos también admiran un bello atardecer y quedan impresionados con el
cielo estrellado. Admiran la belleza de la naturaleza como se ella tuviese
significado. Pero si el ateísmo es verdadero, todo es accidental, sin
propósito, Los ateos admiran la belleza natural como si fuese hecha para ellos,
y aún así no creen en un Creador que deliberadamente la haya hecho para ellos.
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